Ichigo ichie
Iliana Muñoz
Soy Camelia Sinesis.
Me gusta el frío, las tierras altas y la lentitud. Lo opuesto al dolor de huesos adolescentes.
Mido entre cinco y diecisiete metros.
Sinesis significa "de China".
Soy misterio y milagro.
Soy amarga. Soy evolucionada.
Nazco de una lágrima de Buda antes de que él naciera. Taxón Lázaro. El Homo Erectus del paleolítico ya me consumía…en China. Siempre China.
No, nazco de la casualidad que me hizo interactuar con el cansancio y el hervor del emperador Shen Nung.
Soy equipaje de los viajeros. Me escondo en un ladrillo o me hago polvo.
Soy moneda de cambio, soy preciada y olvidada.
Soy en colinas.
Soy de la mano de los monjes budistas. Cuando ellos florecieron, yo florecí. Los ayudo a concentrarse. Soy meditación.
Soy el destino de Lu Yu. De huérfano a monje budista a clown itinerante a uno de los seres que más me ha conocido. Me estudia, me escribe, me difunde. Soy el eje de su vida. Me hace libro.
Soy recogida por vírgenes a dieta, con aliento puro y manos enguantadas, a exigencia del emperador Hui Tsung.
Soy más valiosa que el oro.
Un buen samurai tiene que saber tanto de su espada como de mí. Soy por quien el arma aguarda en el jardín.
Para algunos soy como el vino, me catan, me huelen, me adivinan. Me plantan, me cosechan, me procesan de diferentes formas, me venden, ¡me toman! y soy indicador que devela a quien me bebe. 'First flush'.
Soy contenida en utensilios, accesorios se inventaron para enaltecer mis propiedades. Soy arte que produce más arte. Porcelana, plata, seda me acompañan.
He sido objeto de reuniones, de afecciones, de adicciones.
He sido iluminación y he sido entretenimiento.
He sido la inspiración de espacios minimalistas y sagrados, donde el tiempo y la respiración se suspenden y yo...en tus labios.
He provocado luchas nacionalistas y pactos espirituales. China-Korea. China-Japón. Japón-Korea.
Soy folklor presentado a extranjeros. Soy diplomacia jade. Soy la sonrisa al final de un pacto o el chantaje en una negociación.
Soy wabi: belleza en la imperfección, lo profundo en lo mundano.
Soy filosofía líquida. Soy espuma.
Soy el recuerdo del campo en la ciudad.
Soy la ceremonia que Sen Rikyu creó por mí: "Prepara una deliciosa taza con ella. Dispón el carbón en la madera para calentar el agua. Arregla las flores tal como si estuvieran en el campo. En verano, evoca al frío; en invierno, evoca calidez. Anticipa el momento de todo. Debes estar preparado para la lluvia. Muestra la más grande atención a cada uno de tus invitados".
Soy la última cosa que Rikyu hizo antes de cometer seppuku, ordenado por Hideyoshi, su jefe, su gobernante, su dueño...
Requiero actitud más que habilidad. Invito a la atención consciente. Te enseño una espiritualidad sin Dios.
Soy ichigo ichie, aquí y ahora.
Soy enviada como regalo del emperador de China al zar Alexis Mikhaylovic. Regalo provocador. Los rusos se enamoran de mí, me compran muy caro. Dieciséis meses duraba mi viaje de un sitio a otro.
Soy bebida todo el día por los rusos, me mezclan con mermelada, azúcar, cítricos.
Soy un descubrimiento para los jesuitas sentados frente a monjes budistas chinos. Ambos intentan encontrar la oración, y yo, en medio. Comercio y religión.
Soy llevada en los labios del padre Jasper de Cruz. China-Portugal. Soy rumor y leyenda.
Dutch East India Company. Japón-Holanda.
Después de ser imaginada, por primera vez piso Europa, Ámsterdam como portal.
Me muevo en una montaña rusa de demanda, precio y deseo. En Paris, a Madame de Sévigné se le antoja mezclarme con leche.
Los holandeses me llevan a Nueva Ámsterdam. Soy apreciada casi de inmediato en lo que ahora es la gran manzana.
Son los holandeses los que hicieron de cupido entre los ingleses y yo. Pasé de ser ignorada a ser exótica, y de eso, a amor de largo aliento.
Los europeos no habían pasado décadas explorándome. Me creyeron sólo medicina y no placer.
Soy el trío con la princesa portuguesa Catherine de Braganza y su esposo inglés Charles II. El que ambos me beban me convierte en aspiración y envidia.
Catherine les enseña a las demás a prepararme. Dejo de ser remedio para convertirme en predilección.
Portugal-Inglaterra, Portugal-Brasil. Inglaterra-Brasil. Lo mío es tuyo, Charles. Bombay-Portugal, Bombay-Inglaterra.
En Francia me dejan por el chocolate, el café y el vino, pero en Inglaterra me prefieren por sobre el alcohol.
Soy parte de una revolución feminista. Thomas Twining deja el tejido y el café, y abre por mí 'The golden Lyon' donde las mujeres pueden entrar y beberme sin un hombre.
Soy objeto de extorsión entre China-Inglaterra. China sólo quiere plata de México y Centroamérica a cambio mío. Nada europeo les interesa.
Soy plantada, recogida, transportada, evaluada, negociada. Estoy cansada, mas remedio el cansancio para el que me bebe. De un sembradío chino a Cantón mi viaje dura hasta seis semanas. De Cantón a Londres, en barco, cuatro meses. La taza en tus manos tiene más historia e impuestos que los tormentos que en ti calmo.
Tengo una relación indirecta con el opio. Nuestras historias se influencian mutuamente. Adicciones.
Soy una adicción para George Washington en América.
Los ingleses se vuelven adictos a mí, su gobierno y empresas, adictas a las ganancias generadas. Estamos en el s. XVIII y China sigue siendo la única tierra donde surjo.
Los chinos siguen exigiendo plata como pago para obtenerme, pero la guerra de independencia de Estados Unidos hace mucho más caro y difícil ese metal mexicano.
Soy el inicio de la guerra de independencia de Estados Unidos. Boston tea party. Impuestos, colonia, inconformes, cargamento, barco, destrucción, puerto. Beber café y no a mí como protesta.
Los ingleses se establecen cada vez más a sus anchas en India. Tierras para sembrar opio que pueda pagarme en China.
Los estadounidenses comienzan a importarme directamente de China.
Soy lo que hace millonarios a los gringos T. H. Perkins, Stephen Girard y John Jacob Astor.
Los chinos ya han entendido que el opio era más que medicina. Una adicción por otra. Yo también fui 'sólo' medicinal en mi infancia.
Heroína y yo. Diferentes apegos, diferentes químicas, mismo mercado.
La plata sigue jugando un rol. Ahora los chinos, en vez de recibirla, la dan a cambio de opio.
Soy un secreto por mucho tiempo. Los chinos tienen prohibido vender mis semillas o explicar mi proceso de producción. Los ingleses ansían hacerme crecer en otro sitio. Desapegarse de China.
China se hace tan adicta a mi amigo Opio, que sus gobernantes deciden prohibir su consumo, pero cuando algo entra en tu sistema es difícil dejarlo ir. El clímax viene cuando el hijo del emperador Tao Kuang muere de una sobredosis de heroína. Diferencia. Nadie muere de una sobredosis conmigo.
Los hermanos Robert y Charles Bruce encuentran unas hojas en Assam, al norte de India. ¡Soy yo! Un poco diferente a mi versión china, pero soy yo. Esperanza y nuevas empresas. Assam Company.
Guerra del opio. 1300 toneladas quemadas. Malentendidos. Comerciantes furiosos. Nadie quiere pagar las pérdidas.
Charlatanes nunca faltan. Mis hojas crecen en India, pero hay muchas dudas. A pesar de las prohibiciones algunos 'maestros del té' aceptan ir a India a compartir su conocimiento. Poco saben, mucho cobran, mi enigma continúa.
Assam: humedad, calor, malaria, corrupción, ignorancia. Mi empresa ahí no va viento en popa como los directores de la compañía británica tratan de hacer creer a sus inversionistas. Ganancias por venir. Paciencia y necesidad de conocimiento.
Soy excusa de crímenes. En 1844, el botánico inglés Robert Fortune viaja a Suzhou, ciudad prohibida para extranjeros. Se rapa, se cambia el hábito y se hace pasar por chino mandarín. Él ya me conocía, ya había pasado años estudiándome, viajando a China. Él sabía que mi carácter negro o verduzco depende de la oxidación no de la hoja. Su misión es hacerse pasar por mandarín, robarse las plantas que me contienen y averiguar todo sobre mí: procesos, elaboración.
Robert lo hace muy bien, su personaje es verosímil, logra recolectar y enviar 20,000 plantas de mí a la India. Virtuoso, empático y estudioso. Convence a ocho expertos chinos a que viajen con él y le digan todo de mí.
Gracias a que el cirujano Arthur Campbell me planta en su jardín en Darjeeling, los ingleses descubren que en esa zona mi sabor es mejor. Me gusta el frío y las tierras altas.
Soy en India el resultado de la perseverancia, el dinero y los hallazgos de Robert Fortune. Soy inversión y luego ganancia. Soy por lo que muchos niños, mujeres y elefantes indios mueren cargándome. Transformo el hábitat. Ellos se extinguen mientras yo me propago.
Soy puesta en máquinas de la Revolución industrial. Producción masiva en India. Precio reducido. El proceso artesanal chino no puede competir en el mercado. La tradición en china es sinónimo de pobreza.
Soy lo que en Sri Lanka sustituye las plantaciones de café atacadas por hongos.
Soy el origen del sobreviviente conflicto entre Sinaleses y Tamiles. Siempre tierra-origen-descendencia. ¿A quién le pertenece una región?
Soy muerte para quienes me trabajan, prestigio para los que me beben.
Soy lo que transportan los barcos clipper que compiten para ver quién llega primero. El ganador vende el té más caro.
Soy la que llena el vacío de Anna Maria Stanhope entre la comida y la cena. Me vuelve costumbre de las 5pm.
Soy, con el paso del tiempo, la bebida de las masas. Soy punto de reunión, pegamento de comunidades.
Soy sostenida con tres dedos y un meñique levantado.
Soy sorbida audiblemente por chinos, bebida en silencio por ingleses.
Soy una necesidad para soldados británicos y americanos en guerra. Soy lujo de inicio pero me convierto en prioridad.
Soy puesta en una bolsita por Thomas Sullivan. ¿Así me conocen ustedes, no? No, él me puso en seda.
Soy reinventada 'on the rocks'.
Soy una forma de ver el mundo. Tu óculo.
By the way: Todo lo que no me contenga, no puede ser llamado té. Quizá es una tizana, un rooibos, un maté, pero no soy yo. Manzanilla, menta, canela, manzana, no son yo.
Soy wabi: belleza en la imperfección, lo profundo en lo mundano.
Soy filosofía líquida. Soy espuma.
Soy el recuerdo del campo en la ciudad.
Soy ichigo ichie, aquí y ahora.
*Texto seleccionado en la convocatoria "Historias del té", y llevado a escena por la Compañía Nacional de Teatro (México) en 2020