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Teatro de los Balcanes en el FIC 2018

Iliana Muñoz


Aun cuando el país invitado de la edición 2018 del Festival Internacional Cervantino es la India, la programación incluyó diversos eventos que corresponden a otras geografías e historias. Es así que en el segundo fin de semana se pudieron presenciar dos puestas en escena, un concierto y un ballet de la región de los Balcanes.


Las puestas en escena presentadas sirven como contraste entre sí. En orden cronológico se presentó primero ¡Maldito sea el traidor a su patria!, de la compañía eslovena Teatro Mladinsko. Al día siguiente, la compañía bosnia Scene Mess, presentó ¿Qué es Europa? Un ritual de guerra. La pieza de la compañía eslovena es dirigida por Oiver Frljić (n. 1976), de Bosnia; y a su vez la obra de la compañía bosnia es dirigida por el serbio Andrés Urbán (n. 1970). Este hecho es característico de lo que ha devenido con lo que alguna vez fue la República de Yugoslavia, en donde la movilidad es constante a pesar de las fronteras, los nacionalismos, los rencores y los afectos.


Ambos eventos se presentaron en el Teatro Principal de la Ciudad de Guanajuato. Ambas propuestas comparten el insumo orgánico y el deseo de llevar a escena el entramado político-religioso-social que los integrantes de las obras han vivido desde su infancia. Ambas piezas están cargadas con violencia explícita, rabia y momentos de desesperación y denuncia. Ambas piezas pueden considerarse devised theater, teatro de confección a partir de intereses personales. Sus mecanismos, afortunadamente, son distintos, aun cuando en ambos dispositivos el uso de instrumentos musicales en vivo es importante.


Sabemos por el programa de mano que la frase ¡Maldito sea el traidor a su patria!, pertenece a la última estrofa del himno de la ex-Yugoslavia. El titulo intertextual nos introduce a la forma de referenciar que tendrán durante toda la pieza sus creadores. Himnos, banderas, canciones folclóricas, símbolos, serán materiales que sirven para exponer la división humana, y por ende una desazón. Uno de los grandes aciertos de la pieza es que logró construir una dramaturgia con diversos matices a partir de temas dolorosos, como el día a día de la guerra y el racismo. La pieza se vale lo mismo del sarcasmo que de la naturalidad o de la violencia explícita, para desplegar su tema y subrayar constantemente los artificios teatrales. Los actores acostumbran al espectador a que las balas son de salva, que son escandalosas pero inocuas, para entonces introducir un carácter más performático que teatral. Los cuerpos en escena dejan de agredirse entre sí, dejan a un lado el conflicto nacionalista de las diversas identidades que heredó la antigua Yugoslavia, dejan de fingir que se hieren y se matan, para, en voz de uno de los performers, como líder, cuestionar al público mexicano. El espectador mexicano deja de acudir al espectáculo producido por una región tan lejana como los Balcanes para escuchar a gritos cuestionamientos actuales sobre la situación de su propio país. Una investigación severa sobre México actual se transforma en preguntas hacia los conformistas e hipócritas asistentes de brazos cruzados que tienen ante sí un país podrido. Algunos asistentes se salen de la sala, asustados u ofendidos. Otros aplaudirán sin más. La obra no es innovadora (no tiene por qué serlo), pero es honesta y ejecutada con cabalidad. Utiliza recursos probados del teatro occidental y se arriesga a agredir a un público ajeno con información contundente e hiriente.


De manera paralela, Scene Mess utiliza la escena para expeler su rabia ante las consecuencias de los conflictos balcánicos. ¿Qué es Europa? Un ritual de guerra, hace un uso más extenso de la música, por medio de composiciones largas con el tema bélico, el racismo y los conflictos de identidad nacional. La pieza, al contrario de la referida anteriormente, carece de matices, siendo la violencia y la ira sus principales exponentes, sin obtener radicalidad tampoco. Para ello, el director András Urbán, hace uso de los elementos cliché asociados con dichas manifestaciones: pasamontañas negros, desnudos, gritos –cantados y hablados-, ropa negra, pantalones cargo, botas militares, referencias porcinas, etcétera. La pieza carece de sutileza, humor, o bien, una investigación artística profunda sobre cómo ejercer la violencia en el escenario, fuera de los convencionalismos. Dadas las habilidades musicales de los integrantes, sin duda la pieza funcionaría como un concierto si se editaran varios de sus episodios teatrales. Aun así, esta obra del reconocido director serbio, es mucho más afortunada que su montaje ‘In the name of the lord’, presentada recientemente en el encuentro internacional IFTR en Serbia, la cual es políticamente incorrecta de forma gratuita y teatralmente pobre.


Las dos propuestas presentadas en el FIC 2018 poseen un sentido intrínseco de verdad, puesto que los integrantes de ambas compañías vivieron y viven en carne propia las vicisitudes del conflicto balcánico. Son un ejemplo claro de que el escenario cumple muchos fines, entre ellos el ensayo, la reflexión, el grito descarnado, la denuncia política (más allá del proselitismo). La región de los Balcanes es compleja y rica, la visión que nos dejan ambas compañías es parcial pues decidieron enfocarse en el aspecto negativo, dicha visión le quita peso a su reclamo y anula de inmediato muchas otras características que suceden en la zona y sus habitantes. Para un neófito de los Balcanes, ante estas piezas se abriría un imaginario de agresión y hostilidad, lo cual es muy distante de la experiencia que uno puede tener en la visita a dichos países. Como creadores tienen el derecho a proponer su visión del mundo, como asistente a un festival, para mí fue afortunado poder complementar dichas propuestas con el exquisito concierto a cargo del bosnio Damir Imamovic, quien desde la música transmite mucho de la riqueza y las contradicciones de su lugar de nacimiento y desarrollo.


¡Maldito   sea el traidor a su patria!

Teatro   Mladinsko

Dirección:   Oliver Frljić

Reparto:   Primoz Bezjak, Olga Grad, Uros Kaurin, Boris Kos, Uros Macek, Draga   Potocnjak, Matej Recer, Romana Salehar, Dario Varga, Matija Vastl

Dramaturgia:   Borut Šeparović y Tomaž Toporišič


¿Qué   es Europa? Un ritual de guerra

Scene   Mess

Dirección:   András Urbán

Texto:   Laszlo Vegel

Reparto:   Benjamin Bajramovic, Amar Custovic, Dzenana Dzanic, Mirna Kreso, Sanin   Milavic, Vedrana Seksan

Dramaturgia:   Bojana Vidosavljevic

Composición:   Irena Popovic

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